jueves, 5 de enero de 2012

Carlos Matta: 47 años de rock y el anhelo de un Nuevo México




Atemporal. Carlos Matta es uno de los compositores más importantes del rock azteca. Emisario del futuro, fue descubridor de otro talento joven en su época: el flautista Jorge Reyes. Juntos fundaron el grupo Nuevo México, referente obligatorio para historiadores y coleccionistas. La fusión de música pesada y autóctona fue inmortalizada en el disco Hecho en Casa, primera grabación de rock progresivo realizada en nuestro país. Y la casa está de manteles largos: Carlos acaba de celebrar 47 años en el competido mundo del guitarrazo inteligente. El Teatro de la Ciudad Esperanza Iris fue escenario de un concierto memorable, que reunió a grandes músicos y amigos de Nuevo México. Días antes del festín, tuvimos la fortuna de charlar con el autor de la Sinfonía de Rock y conocer más sobre su largo peregrinar.

“Empecé como profesional en el Teatro de la Ciudad hace 47 años, tocando rock´n´roll y acompañando a Estela Nuñez”, dispara Carlos al inicio de la entrevista, “era cuando se tocaba todos los días y los domingos hacíamos tres funciones. Era otro México”.

A ese recinto vuelve nueve lustros después. “En el mismo lugar. Ahora que esté frente a la gente, no sé qué vibraciones tenga. Desde que fui a ver el equipo, sentí una gran emoción”, recuerda el compositor, “algo que me llena de mucho orgullo y me da mucho en qué pensar es que voy a regresar al mismo teatro donde empecé como profesional; que me pagaban 30 pesos y a lo mejor ahora me vuelvo a llevar esa misma cantidad pero con la satisfacción de que pude tocar mi música”. 

Ah, qué época
“Conservo algunos pedales de los años sesenta, pero yo siempre los alteré: siempre les cambiaba el color, para que no sonaran igual a como venían de fábrica”, asegura Carlos. Eran los pedales Boss de carrito. ”Había otros directos a la guitarra, que no tenían switch: los tenías que activar manualmente. Siempre he sentido que soy un músico vintage”, confiesa. “El Hecho en Casa lo grabé con una Fender Stratocaster de los años setenta. Y traía el amplificador Marshall Super Lead. Lo llegué a tener hasta con cuatro altavoces”. Nuevo México tocaba en abierto y sin PA: “No había la tecnología de ahora. Debíamos tener la amplificación de los instrumentos. El baterista era el que sufría”, Matta se ríe. 

Siempre ha gustado de usar guitarras Gibson: “Es la que más me late para tocar”, subraya, “tengo una Les Paul de los años setenta que suena como un violín Stradivarius. Me tardé un día en escoger esa guitarra. Eso sucedió en Hollywood, California; en la tienda Guitar Center de Sunset Boulevard. Estuve desde las 8 am, hasta que cerraron la tienda; y al otro día fuí a recoger la guitarra”. 

Ya no sabían cómo correrlo: “porque vi como 25 guitarras. Estuve probando todas y esa  guitarra me gustó, aparte del color (lo que creo llama la atención por primera vez) el timbre fue lo que me fascinó. Esa guitarra me ha seguido mucho”.

Efectos especiales
 Matta usa una pedalera Boss de los años setenta: “Es la 05. El Chorus, Delay, Distortion y Compressor es lo que más uso”, ennumera. “Es estéreo y lo que me gusta es que sea manual. No es digital, como las actuales”, y explica: “me he dado cuenta que el sonido depende de dónde toque uno. Cuando programas las cosas, a la hora de los trancazos te sale otro sonido porque el lugar tiene cortinas, mucha gente o hay rebote”. 

“En casa lo preparas y queda como te gusta pero a la mera hora, suena distinto. Yo la tengo programada pero si en ese momento mi oído se da cuenta que falta algo, rápidamente bajo la mano y muevo el botón. Para mí es muy padre poder cambiar el tono rápido; con el digital es una broncota. Me doy un balazo”, bromea Carlos. 

Mirando hacia afuera. “Yo vengo de tocar en los hoyos funky, donde la gente no te esperaba; no, ahí te aventaban un jitomatazo. Aquí, en el rock´n´roll, es lo que aprendí de la presión”, examina el guitarrista. Y aunque si adquirió algunos efectos digitales, “la verdad, solamente los uso para grabación porque en vivo es otra onda: como va”.

Al grabar la guitarra
“En los años sesenta lo hacía siempre con el micrófono captando la bocina pero me di cuenta que teniendo una consola, como la que no podemos tener los músicos, la meto directo y muevo ésta como si fuera un amplificador”. 

Desde de los pedales: “busco el timbre que quiero. A mí no me gusta que metan ruido las bocinas porque casi siempre hay ese problema con la polaridad. Como soy independiente y el estudio cuesta mucho, me voy a lo que cueste menos y sea rápido”, concluye el maestro.

Al paso del tiempo. Carlos Matta se ha convertido en un músico indispensable en la vena del rock sinfónico mexicano. Afortunadamente como grupo, Nuevo México (rockero, arriesgado y radical en su enfoque progresivo) ha sabido mantener un trabajo digno durante más de tres décadas, influenciando a bandas posteriores, como lo fueron Al Universo y Chac Mool. Danzante eléctrico.

Por: Articulista Víctor Baldovinos
Revista: Musiclife.com.mx

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